No a La Alhambra

. 21/6/07

No hay duda de que La Alhambra de Granada es un lugar de extraordinaria belleza. Su rica arquitectura, la luz de sus rincones, el color de sus jardines, el murmullo de sus fuentes y el aroma de sus flores le confieren una especie de hermosura mágica. La conozco bastante bien: la mitad de mi sangre es, como dicen allí, granaína. Pero no me parece bien esta extraña movilización (curioso: todos los españoles de acuerdo en algo) para hacer que sea considerada una de las nuevas maravillas del mundo.

Este levantamiento popular no es otra cosa que una solemne paletada. Es un gesto provinciano vergonzoso. Como somos españoles, vamos a votar a La Alhambra. Espantosamente ridículo. No sólo nos mueve el patriotismo: es que estamos convencidos de que es una de las maravillas del mundo; qué digo una, es La Maravilla. Y luego llamamos chauvinistas a los franceses. ¿El mejor monumento del mundo? La Alhambra, claro. ¿El mejor equipo del mundo? El Real Madrid, quién lo duda. ¿La mejor comida del mundo? Como en España no se come en ninguna parte, dónde va a parar...

A quienes piden el voto desde los medios de comunicación y a quienes votan yo les haría una pregunta: ¿conocen el significado de la palabra ecuanimidad?

Para votar, en cualquier tipo de sondeo, entiendo que es necesario conocer todas las opciones y elegir la que consideramos mejor. Otra muestra de provincianismo: como no hemos visto nada mejor... De las 21 candidatas yo sólo conozco siete (la Acrópolis de Atenas, la Alhambra, el Coliseo romano, la torre Eiffel de París, la Gran Muralla china, las pirámides de Giza en el Cairo y la estatua de la Libertad de NYC), y si quisiera votar ¡no podría! ¿Cómo votar por las pirámides egipcias si no he tenido ocasión de contemplar la aplastante belleza del templo de Ankgor, en Camboya? ¿Cómo dar mi voto a la muralla china sin haber examinado ¡¡¡el Taj Mahal!!?

Por favor, no voten por La Alhambra. No voten por nada. Viajen más. Y apliquen el concepto de la ecuanimidad (= imparcialidad de juicio) en sus vidas, que es muy bonito.

La mula

. 18/6/07

Si eres asiduo a conciertos de rock, Muletrain te impactarán. Si hace tiempo que no sales, directamente te provocarán una irrefrenable y excitante sensación mezcla de angustia, violencia y caos para la que más te vale estar preparado. Tras una fructífera gira europea (de la que esperamos ansiosos el documental) presentaron hace unos días en Madrid su nuevo single. Como de costumbre, el concierto fue un akelarre de decibelios, gargantas entumecidas, stage diving, focos golpeados y garrafón. Ivar, el impresionante guitarrista, se erige en líder de la banda con sus brutales guitarrazos, su mirada perdida y sus brazos en alto estilo Venom. Una gozada.

2'30"

. 14/6/07

Dos minutos y treinta segundos. Parece broma, pero, según me cuentan, ése es el tiempo concedido para cada entrevista por Justin Timberlake durante su visita a Madrid para promocionar Shrek 3.

Algunas dudas: ¿Cuántas preguntas se pueden hacer en dos minutos y medio? (Una, siempre y cuando entrevistador y entrevistado establezcan una especie de código lingüistico minimalista para no andarse por las ramas e ir al grano.) ¿Se le puede llamar a eso entrevista? ¿No es una ostensible falta de respeto a la profesión periodística? Y, sobre todo, ¿no tuvo que ser un espectáculo memorable ver pasar uno tras otro a los reporteros, sentándose y levantándose de la sillita caliente a un ritmo frenético? ¿No es tremendamente ridículo todo esto?

Justin Timberlake, nuevo récord: 24 entrevistas por hora.

Curiosa coincidencia

. 8/6/07

Ayer, echando un vistazo al disco-libro de Joaquín Sabina que se puso a la venta con El País el pasado fin de semana, descubrí una curiosa coincidencia. El texto, firmado por una colosal pluma del periodismo musical español (él es el periodismo musical), decía en su página 14, en referencia a la historia de las canciones 'Y nos dieron las 10' de Sabina y 'Ojos de gata' de Los Secretos:

"... En la letra de Sabina hay un final de fuegos artificiales..."

Sorpresa: lo del "final de fuegos artificiales" me sonaba, me resultaba familiar. De modo que abrí un ejemplar del libro Adiós tristeza, y en la página 212, repasando también la intrincada historia de las mismas canciones, encontré:

"... Su letra [la de Sabina] tiene un final de fuegos artificiales..."

Sin duda, una divertida coincidencia. O eso, o que a don sabelotodo la expresión le desagradó tantísimo que se le ha clavado en la memoria.

El himno de España

. 4/6/07

Desde hace unos días se habla de ponerle letra al himno de España. La percha, algo forzada, es que, según algunos, nuestros deportistas triunfadores se quedan impotentes al no poder mover los labios cuando la marcha real suena en honor a sus victorias.

Personalmente, este tema del himno me da bastante igual. No cuela: todo esto huele a una campaña de El Mundo encaminada a reforzar un nacionalismo mal entendido. Pero una cosa es cierta: el himno español es horroroso. Ni siquiera es un himno: cuando uno escucha el himno de cualquier otro país detecta una melodía que tiene un principio y un fin. El himno español, en cambio, se reduce a una serie de ocho compases que, eso sí, puede repetirse y extenderse a gusto de la organización del evento. La versión edit podría comprimirse en unos escasos 30 segundos, mientras que una extended version podría prolongarse cinco, diez o veinte minutos, incluso indefinidamente; basta con repetir una y otra vez la misma cantinela.

Asumiendo que nuestros deportistas (y los forofos) lo pasan realmente mal sin poder cantar nuestro himno, ¿qué letra ponerle? Sin duda, deberíamos alejarnos de las metáforas militares de los himnos del siglo XIX y enumerar lo que de verdad nos une a todos los españoles: la sangría, la paella, el Real Madrid, el sol y el jamón. Ahí sí que puedo ver a nuestros deportistas verdaderamente emocionados.

Y ¿quién debería acometer semejante tarea? No nos engañemos: todo esto es consecuencia de la moda de los himnos futboleros creados por mentes privilegiadas como Melendi, El Arrebato y Joaquín Sabina. Sí, Sabina podría hacer un buen himno, sin duda, pero habría que ver qué escriben otros grandes letristas como Alejandro Sanz, Fito o incluso el cantante de Marea (la palabra "estercolero" estaría incluida, seguro). Yo voto por la sensibilidad de un Manuel Alejandro, por ejemplo. Señores de la SGAE, denle una oportunidad.

Invito a los amigos y detractores de este blog que hagan constar sus sugerencias pulsando en "comentarios". Siempre nos quedará Manolo Escobar y 'Que viva España'.