Juan escrituró su casa por diez millones menos de lo que realmente le había costado. Procura presentar su declaración de la renta con algún que otro "apaño", para que le salga a devolver. En carretera, roza los 150 km/h cuando la señalización marca 120. Ha conducido con alguna copa de más, a sabiendas de que eso ponía en riesgo su vida y la de otras personas. Cuando le llega una multa, identifica como conductor a su padre, ya jubilado y sin coche aunque aún en posesión de carnet. Aunque tiene prohibido fumar en el trabajo, algún que otro cigarrito se ha echado en el baño. Cuando le cobran de menos en un restaurante, se calla.
Él se considera un hombre honrado. Si acaso, achaca lo suyo a la típica picaresca española. Todo el mundo lo hace, se dice.
El otro día, Juan estaba viendo la televisión cuando dieron la noticia de que un personaje popular había sido detenido por un supuesto delito financiero.
"Maldita sinvergüenza", pensó, absolutamente indignado.
Falsa moral
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7/5/07