"Salvemos Eurovisión", decían. Han conseguido lo contrario: se han cepillado Eurovisión, por lo menos en lo que a España respecta. Porque después del 'Chiki chiki' sólo hay tres salidas posibles y sólo una (la última) digna.
1) Repetir la gracia el año que viene. Pero sería como asfixiar con una almohada el leve hálito de gracia que para algunos tuvo la cosa. No hay nada más patético que repetir un chiste.
2) Mandar una canción normal. Sería tan inconcruente como criticar la comida rápida y a continuación zamparse un Whopper XXL con doble de queso y patatas grandes.
3) Hacer como Italia: declinar la invitación de participar. Está demostrado que, en este festival, la alegría va por barrios (y no podemos quejarnos: nosotros también jugamos a ese juego... ¡gracias, Portugal! ¡gracias, Andorra!). Descartadas las dos opciones anteriores, ésta es la única salida lógica, respetable y elegante.
Después del Chikilicuatre
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28/5/08