He hablado tan bien del reality El gran reto (The Amazing Race, Sony TV) que me veo en la obligación de aclarar por qué su adaptación española ha fracasado con tal estrépito (dos semanas de emisión, 7% de share y adiós). Podría resumirlo con una sola pregunta: ¿por qué un programa tan bien hecho se puede adaptar de un modo tan nefasto? Si Antena 3 ha fracasado en el intento ha sido, sencillamente, porque:
1. Ni al que asó la manteca se le ocurre montar un concurso alrededor del mundo y basar el 80% de la emisión en un aburridísimo debate en plató.
2. ¿Por qué hacerlo en directo? El gran reto funciona porque es un frenético videoclip de 60 minutos, en el que ningún plano dura más de 3 segundos (sí, como suena). Hacerlo en directo supone caer en un tedio de conexiones y ritmo lento, por no hablar de que no siempre "pinchas" lo mejor.
3. Las pruebas: ¿para qué narices irse a Venecia a hacer una prueba que puedes hacer en Aluche? En El gran reto, cada prueba está fuertemente ligada al escenario: en Senegal han de sacar kilos de sal del Lago Rosa; en Suecia, construir un mueble en la sede central de Ikea; en Etiopía, construir una cabaña de paja.
4. En El gran reto, una misma etapa comienza en Suecia y termina en Senegal. Sin paradas o "metas volantes". Quien llega primero, gana. El último, queda eliminado. Tan simple como efectivo. Aquí se iban a Venecia y disputaban un sinfín de diferentes pruebas. Total, ¿pa' qué? "La audiencia ha decidido que debe abandonar el concurso..." (el propio concurso.)
5. Antena 3 tiene la rara habilidad de dotar de una fina capa de caspa a todo lo que hace. El locutor de continuidad es superior a mis fuerzas: todo lo presenta con voz profunda y engolada, como si estuviera haciendo un trailer de la nueva película de Bruce Willis. Normal que todo fracase: es insufrible.
Moraleja: si hay un producto muy bien hecho que funciona (El gran reto ya va por la decimotercera edición en EEUU), ¿por qué no limitarse a copiarlo? (en vez de cagarla).
La peor vuelta al mundo
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17/2/09