Hoy la política es puro márketing. Un partido se vende como se vende un nuevo modelo de coche. Hay coches para familias acomodadas, para ligones presumidos, para la mujer urbana, para el gitano que tiene que cargar las naranjas. Busca un perfil y dale lo que necesita: un producto a la medida de sus necesidades.
Por desgracia, en lo que a coches se refiere, hay más donde elegir.
¿Qué puede uno votar si es, por ejemplo, ecologista y monárquico? ¿O republicano y católico? ¿Agnóstico y patriota? Hay mil combinaciones posibles que no encajan en los dos modelos que se afanan por acaparar los votos. Y no me parece que sean casos minoritarios.
Party 2
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5/3/08