En la bodega subterránea de Liberalia en Toro (Zamora), Juan Antonio Fernández pone música de Bach a sus vinos. En la pequeña nave central de las bodegas Elías Mora, cuando empieza la vendimia, un grupo de tres hombres selecciona a mano las uvas recién recogidas, antes de dejarlas caer a una máquina que las despalillará, separándolas de sus racimos. En la ciudad de Toro abundan cuchitriles donde clientes habituales empinan el codo apoyados en el mostrador, y donde se pueden conseguir a buen precio las joyas de la corona de esta denominación de origen.
Son algunas imágenes y escenas del fin de semana que pasamos peinando la zona de Toro, practicando eso que oficialmente se denimina "turismo enológico" (y que significa, ni más ni menos, visitar bodegas, catar y comprar vinos y comer excelentes viandas). Fuimos porque los vinos de Toro están entre mis favoritos. Tienen cierta mala fama porque hace años eran vinos toscos, gruesos (casi había que masticarlos) y muy alcohólicos. Hoy siguien teniendo una alta graduación, pero han sido suavizados hasta conseguir vinos bastante sofisticados sin perder sus característicos ímpetu y color (muy oscuro). El éxito de algunas marcas (Pintia, Spiritus Sancti, Gran Elías Mora o Liberalia 5) entre la crítica española e internacional ha puesto de moda a Toro.
Vinos de Toro
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15/10/08