Tele de la buena

. 19/11/07

No es fácil toparse en estos días con un buen programa de televisión. Y cuando digo "bueno" quiero decir bien hecho: bien estructurado, con una buena realización, bien narrado y ameno. A ver, quiero que se me entienda: no "bueno" por su contenido sino por su factura. Después de algunos años trabajando en ese medio, he adquirido el defecto de ver la tele no sólo por su contenido: también por su forma. No puedo evitar fijarme en cómo está iluminada una entrevista, por ejemplo, o pararme a pensar si determinada locución en off está hecha con ritmo o es demasiado larga.

Este domingo vi un espléndido programa de televisión: Página 2, que se emite en La 2. Es un programa de libros, pero no pienses en la típica tertulia coñazo. Tiene estructura de magacín: un presentador (situado en diferentes localizaciones en exteriores) va dando paso a vídeos (reportajes). Aparte de ser muy fresco, está lleno de buenas ideas. Después de haber tenido que lidiar durante años con algunos realizadores ineptos, estoy en disposición de afirmar que este programa tiene un realizador de aúpa.

Una muestra: reportaje sobre el difícil salto al mundo editorial de escritores noveles. Bueno, pues en vez de hacer varias entrevistas en aburridos despachos y escribir luego un off que hilvane el asunto, deciden ambientar la pieza en un edificio en obras. Allí plantan diferentes sets (uno muy bonito, con un sillón y una lampara y, al fondo, una pila de libros) donde realizan las entrevistas. Y en vez de usar voz en off, un grafismo va repasando los temas por puntos, como si fueran los diferentes botones de un ascensor (la ascensión del escritor novato). Chapeau.

Otra muestra: sección Agenda. ¿Voz en off sobre vídeo y una tediosa lista de nombres, fechas y ciudades? ¡Anda ya! En unas imágenes rodadas en la calle, una camarera sale de una tasca y se pone a escribir el "menú del día" en la típica pizarra negra apoyada en el suelo. En el menú, escritas a mano, las citas imprescindibles de la semana. Soberbio.

Recomiendo que lo vean. Entenderán por qué la telebasura es algo más que los programas del corazón: es la tele mal hecha.