Eurocopa (y III)

. 30/6/08


Se logró. Si alguien ha leído esta secuencia de entradas dedicadas a la Eurocopa, sabrá que la victoria de España ha satisfecho, punto por punto, mis expectativas.

Es el momento de proclamar que el triunfo de España en la Euro 2008 ha sido el triunfo del trabajo serio, la honestidad y la convicción en unos ideales, en un modelo de equipo, en unos jugadores. Es, por tanto, el fracaso de la hipocresía, las campañas maliciosas y la España más ruin.

Porque a Luis Aragonés se le ha machacado. Hace unos meses, en muchos periódicos y canales de televisión se le presentaba como un personaje caduco, rancio, trastornado y tozudo. Incapaz de ver lo evidente. Empeñado en romper una regla no escrita. Empecinado en una idea a todas luces equivocada. Obstinado en ir contra corriente. Un abuelo perturbado abocado al fracaso.

Ha habido una campaña contra Luis. Se le ha triturado. La gran mayoría de los aficionados ha comulgado con la consigna: a Luis, recordémoslo, no hace mucho lo recibían a la puerta de los hoteles con gritos de "¡Raúl, Raúl, Raúl!". En los estadios por donde pasaba la selección, en cualquier ciudad, se escuchaban los mismos cánticos malintencionados cargados de hiel.

Supongo que tiene que ser duro intentar aferrarse a una idea cuando por eso mismo la corriente mayoritaria te está cuestionando y ridiculizando. Tiene mucho mérito.

A causa de esa persecución, y no por otra cosa, se va a producir un verdadero sinsentido: Luis, el seleccionador con récord de victorias, que nos ha guiado al triunfo en esta Eurocopa, abandona su puesto. Es sencillamente aberrante, va en contra de cualquier razonamiento sensato. Normalmente se va quien ha hecho las cosas mal. Normalmente, se trata de retener a quien hace las cosas bien.

El paso lógico sería asistir ahora a otra campaña: un acoso de los medios a la FEF, una crítica feroz y continuada a los dirigentes del fútbol español por dejar marchar al seleccionador de la Euro 2008. Pero no se va a dar. Esos medios no pueden hacerlo por razones éticas: son ellos quienes han forzado la situación. Quienes han puesto a los aficionados y a los dirigentes en contra de Luis, ¿cómo van a pedir explicaciones ahora?

Es el fracaso de la hipocresía, como digo. Muchos han quedado con el culo al aire. ¿Qué hay de todos aquellos que pedían la cabeza de Luis? ¿Qué pasa con los aficionados borregos que pronunciaban "¡Raúl!" como un escupitajo de bilis? ¿Dijeron anoche "soy un memo" mientras ondeaban la bandera española en la calle, o siguieron evocando al olvidado delantero? Pensemos, por un momento de ingenuidad, que simplemente estaban equivocados. Bien, pues todavía no he escuchado que nadie entone con la misma resonancia de meses atrás un simple "me equivoqué".

Gracias, Sabio. No por la alegría de la victoria, sino por haber demostrado que la sabiduría y la honestidad pueden triunfar en un mundo de mediocridad e hipocresía. Ahora, que Fernando Hierro vuelva a redecorar el fútbol español, poniendo otra vez las cosas en su sitio, con Del Bosque como seleccionador, con Raúl, con Guti...