Es un mantra repetido por quienes no conocen las entrañas de este equipo: el Atleti es impredecible. No hay mayor falsedad: el Atleti es totalmente predecible. Se puede demostrar: si en el equipo rival hay, por ejemplo, un jugador con una larga racha de sequía goleadora, ahí estamos nosotros para romperla. Nos meterá un soberbio golazo. Es previsible: se supone que pasará e inexorablemente sucede. Si tenemos que enfrentarnos a un líder que ve cómo su distancia con el segundo clasificado mengua jornada tras jornada, y (sobre todo) el perseguidor es el Madrid, ahí aparece el Atlético de Madrid quijotesco y ridículo para apelar a la casta a la que nunca apela, poner la zancadilla al líder y empezar a organizar el paseíllo al eterno rival. Lo mismo: los atléticos sabemos que pasará, y que al lunes siguiente los seguidores merengues, encima, tendrán choteo a nuestra costa por tan magno e innecesario favor.