Ya sé que los blogs están para hacerse el guay y proclamar lo buenos que son los Russian Transistor Yellow Puppets de turno (grupo que me acabo de inventar, por cierto, pero suena tan molón como los que salen en las críticas del EP3). Así que el titular de esta entrada parecerá bastante anti cool. Me importa una mierda. Me gusta mucho el último disco de Malú, Vive. El porqué podría resumirse en una sola frase: Malú hace rock.
Bueno, no es rock cien por cien rock, pero el vozarrón de esta dama discurre empujado por guitarras realmente contundentes. Me parece un ejercicio de producción soberbio: coger la voz espectacular de Malú, unas canciones en su línea de siempre (melódicas), y envolverlo todo con guitarras de rock. Y lo bueno es que funciona. Malú suena potente y sin complejos, como si quisiera gritar a los cuatro vientos que se puede hacer música con raíz española y, a la vez, ser cañera. Lo refuerza el vídeo del primer single, 'A esto le llamas amor', un partido entre dos equipos de hockey sobre hielo que termina a tortazo limpio. Y las fotos del disco, en plan pin-up (ya podía tomar nota alguna, que propone vestirse de pin-up en las fotos y luego no quiere enseñar ¡las piernas!).
Recuerdo cuando el empresario Pepe Barroso la presentó en uno de los locales más pijos de Madrid, Gabana, en la calle Velázquez. Era una cría, y aparecía con la etiqueta de "apadrinada por" Alejandro Sanz (quien no acudió a aquella presentación), ya que le había escrito el tema 'Aprendiz'. Si no recuerdo mal, debió de ser hacia 1997 o 98. Me alegra que, después de tantos años y de una carrera con altibajos (ha hecho hasta música dance) esta chica siga dando argumentos para ser apreciada.
Malú rocks!
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1/4/09